Éste ha sido un día cambiante, donde una mañana fresca trajo más tarde nubes color de plomo, que dieron algunas frescas lloviznas, para luego esfumarse todas ellas y dejar salir un radiante sol horas antes de que anocheciera. Aún no anochece y el cielo todo entero tiene un sorprendente color celeste de verano.
Esta mañana una amiga me dijo que cambió su vida, y estuve yo también a punto de lanzar mi llovizna gris, pero supe que el cambio era para su bien. Al fin me alegré por ella, que para eso somos amigos.
Me da un poco de vergüenza analizar lo que sentí en ese momento. ¿Por qué uno se aferra a sentimientos egoístas, si sabe que no son correspondidos?
No puede ser malo querer a los amigos. El amor no tiene maldad por definición propia. Somos los que mezclamos el amor con egoísmo los que podemos confundir nuestros sentimientos.
El problema es todo mío y lo asumo. Debo corregir mis impulsos.
Recuerdo una de esas ocasiones en mi juventud cuando era un estudiante pobretón. Invité a una muchacha a pasear frente al mar para conversar tranquilo con ella. Salimos juntos pero noté que no se interesaba en mi. Con toda delicadeza mantenía distancia mientras hablábamos, hasta que terminó por decirme que a mi me tendría que esperar ocho o diez años para poder formar una pareja, y en cambio tenía un amigo bastante mayor y divorciado que ya tenía su trabajo y pensaba iniciar una vida de pareja con él.
Quedé muy sorprendido. Yo tenía unos dieciocho años en aquel momento y ella era un poco menor, así que nunca supuse que ella pudiese buscar algo tan definitivo a esa corta edad. Yo con dieciocho solo pensaba en las amistades y el estudio.
Recuerdo que a pesar de que ella me gustaba, no tenía la más mínima intención de cambiar toda mi vida futura para incluirla a ella, y menos conociéndola tan poco como la conocía. Por ese motivo todo terminó en un saludable paseo sin las más mínimas consecuencias.
Hoy una amiga me dijo que comenzaría una vida de pareja con alguien a quien quería desde hace tiempo. La noticia me produjo al principio dolor, pero en seguida entendí que yo soy un amigo muy reciente en su vida y no tenía derecho a esperar nada más.
Ante todo está entonces la felicidad de las personas que quieres.
Valoro mucho su amistad, y me hace feliz que ella sea feliz.
Solo espero que no se pierda en el silencio.
El olvido no es para los amigos.
Si la vida me diera,
otra loca oportunidad,
elegiría estar junto a ella.
Si el viento la trajera,
desde ese mundo imaginario,
le daría mi soledad,
para que jugara a destruirla,
con su sonrisa clara,
siempre a mi lado.
No es mala la soledad,
sólo que es mejor,
estar bien acompañado.
Nos Leemos :)
viernes, 31 de enero de 2014
domingo, 26 de enero de 2014
Sólo tal vez - 275
Las sombras de la noche, el cansancio, y un poco de libertad me dieron este poema.
Este extraño verano no me ha dejado mucho hasta hoy, pero siempre está allí lo que me dan las personas que de alguna manera me quieren, por que son mis amigos. Me dan amistad, respeto y cariño; ¿Se puede pedir más?
Sólo tal vez-
Tal vez, sólo tal vez,
llegue a tener tu mano en la mía.
Sentir tu calor y tu piel,
me hará feliz,
como no te imaginas.
Tal vez, sólo una vez,
pueda ver de cerca tus pupilas.
Llego a imaginar que me veo
reflejado en ellas,
con una sonrisa.
Tal vez, quizá si me ves,
puedas sentir lo que yo siento,
que hay un fuego quemando
mis días, mis noches,
y me corre por dentro.
Quién sabe, si un día tal vez,
comience como cualquier otro día,
y después de encontrarte,
mis días y los tuyos
sean nuestros días.
Este extraño verano no me ha dejado mucho hasta hoy, pero siempre está allí lo que me dan las personas que de alguna manera me quieren, por que son mis amigos. Me dan amistad, respeto y cariño; ¿Se puede pedir más?
Sólo tal vez-
Tal vez, sólo tal vez,
llegue a tener tu mano en la mía.
Sentir tu calor y tu piel,
me hará feliz,
como no te imaginas.
Tal vez, sólo una vez,
pueda ver de cerca tus pupilas.
Llego a imaginar que me veo
reflejado en ellas,
con una sonrisa.
Tal vez, quizá si me ves,
puedas sentir lo que yo siento,
que hay un fuego quemando
mis días, mis noches,
y me corre por dentro.
Quién sabe, si un día tal vez,
comience como cualquier otro día,
y después de encontrarte,
mis días y los tuyos
sean nuestros días.
Nos leemos :)
jueves, 2 de enero de 2014
Recuerdos del Mar - 276
Primer día de este año 2014 (o segundo día ??).
Es curioso al menos, cómo el destino teje en la urdiembre del tiempo, su trama con nuestras vidas.
No es que estemos obligados a seguir este camino por que alguien o algo lo dicta, es que sencillamente los hechos ocurren de las formas más inesperadas, a pesar de nuestros más cuidadosos planes.
Hoy tengo en ciernes un día de estío no de los peores en calor, pero sí bastante cercano a serlo.
Hice mis quehaceres hogareños y traté de subir a mi altillo, donde tengo un taller, pero la temperatura allí se hacía realmente insoportable. Así que bajé inmediatamente y me dispuse a leer algo, y quizá también a escribir un poco para quien guste leerme.
Me dieron buenas ganas de salir y caminar esas calles que llevan hasta la playa, a no más de un kilómetro de aquí, pero no iré al menos hoy.
Tengo los recuerdos de mi infancia, en que hacía un recorrido muy similar casi todos los días, con mi madre o con mi hermana mayor. Nos levantábamos temprano para caminar hasta la playa, pasábamos allá un rato poniéndome bastante protector solar, ya que siempre tuve esta piel de poca melanina, y luego regresábamos sobre nuestros pasos cuesta arriba antes que diesen las 11 de la mañana y el sol nos calcinase. Ese último camino era la parte cansadora del paseo.
Usábamos ese horario por que suele haber menos gente en la playa, aunque el agua está casi siempre más fría. El horario más interesante es después de las cuatro o cinco de la tarde hasta que anochece, pero todo el mundo sabe ésto y por lo tanto la gente se aglomera en la playa a esas horas.
Para mi ir a la playa era meterme al agua. Jugaba con la arena como todos los niños, pero el agua era para mí lo fundamental. Esa sensación de ser más liviano, y sentir cómo se frenan tus movimientos, es algo inigualable. Me tenían que sacar del agua con reprimendas, por que de no ser así, continuaba hasta el final de la visita a la playa.
Más crecido yo, finalmente puede ir a la hora de mi preferencia con algún amigo y permanecer en el agua a gusto. Y la costumbre de estar en el agua más que fuera de ella, siguió siendo toda mía ;)
Haré el intento de ir alguna que otra vez ¿Por qué no?
Pude llevar a mis hijos al Mar cuando eran pequeños, y ellos compartieron conmigo este gusto por el agua. En ésto nos parecemos bastante.
Nací cerca del Mar
Crecí sintiendo las olas de estío.
¿Qué hay en ese sonido que no es tuyo ni mío?
Nada lo frena, no se adivina su ciclo.
Furiosas ahora, tranquilas después cual manso río,
Caminar por la orilla sintiendo ese frío,
Pensando en lo lejos que llega ese Mar.
Las rocas atrapan vestigios de lo que hay más allá,
Pero al Mar no le importan ni barcos,
Ni rocas, ni niños, ni hombres o bestias.
El Mar es sagrado dueño de sí, nada más.
Ni el desafiador más grande deja de temer,
Cuando el Mar muestra su enorme poder.
Solo respeto puedo sentir,
Por ese implacable ir y venir,
Por esa grandeza que no tiene igual.
No dejo de sorprenderme sintiendo,
Esos sonidos que se van repitiendo,
Pero no son nunca igual por igual.
Allí están las cenizas de mis ancestros,
Junto a la arena que viene y que va,
Hablando el lenguaje del agua salvaje.
No se si el destino me aleje algún día,
De la costa que tanto siento como mía,
Aún de otras costas que serán iguales.
Solo sé que algunas cosas nunca se olvidan,
Como aquellas personas que son mis amigas,
Aunque a alguna quizá ya no la vea más.
Así es que este Mar es otro buen amigo,
Que no quiero y no deseo olvidar,
Como a ninguno que me da su amistad.
Nos leemos :)
Es curioso al menos, cómo el destino teje en la urdiembre del tiempo, su trama con nuestras vidas.
No es que estemos obligados a seguir este camino por que alguien o algo lo dicta, es que sencillamente los hechos ocurren de las formas más inesperadas, a pesar de nuestros más cuidadosos planes.
Hoy tengo en ciernes un día de estío no de los peores en calor, pero sí bastante cercano a serlo.
Hice mis quehaceres hogareños y traté de subir a mi altillo, donde tengo un taller, pero la temperatura allí se hacía realmente insoportable. Así que bajé inmediatamente y me dispuse a leer algo, y quizá también a escribir un poco para quien guste leerme.
Me dieron buenas ganas de salir y caminar esas calles que llevan hasta la playa, a no más de un kilómetro de aquí, pero no iré al menos hoy.
Tengo los recuerdos de mi infancia, en que hacía un recorrido muy similar casi todos los días, con mi madre o con mi hermana mayor. Nos levantábamos temprano para caminar hasta la playa, pasábamos allá un rato poniéndome bastante protector solar, ya que siempre tuve esta piel de poca melanina, y luego regresábamos sobre nuestros pasos cuesta arriba antes que diesen las 11 de la mañana y el sol nos calcinase. Ese último camino era la parte cansadora del paseo.
Usábamos ese horario por que suele haber menos gente en la playa, aunque el agua está casi siempre más fría. El horario más interesante es después de las cuatro o cinco de la tarde hasta que anochece, pero todo el mundo sabe ésto y por lo tanto la gente se aglomera en la playa a esas horas.
Para mi ir a la playa era meterme al agua. Jugaba con la arena como todos los niños, pero el agua era para mí lo fundamental. Esa sensación de ser más liviano, y sentir cómo se frenan tus movimientos, es algo inigualable. Me tenían que sacar del agua con reprimendas, por que de no ser así, continuaba hasta el final de la visita a la playa.
Más crecido yo, finalmente puede ir a la hora de mi preferencia con algún amigo y permanecer en el agua a gusto. Y la costumbre de estar en el agua más que fuera de ella, siguió siendo toda mía ;)
Haré el intento de ir alguna que otra vez ¿Por qué no?
Pude llevar a mis hijos al Mar cuando eran pequeños, y ellos compartieron conmigo este gusto por el agua. En ésto nos parecemos bastante.
Nací cerca del Mar
Crecí sintiendo las olas de estío.
¿Qué hay en ese sonido que no es tuyo ni mío?
Nada lo frena, no se adivina su ciclo.
Furiosas ahora, tranquilas después cual manso río,
Caminar por la orilla sintiendo ese frío,
Pensando en lo lejos que llega ese Mar.
Las rocas atrapan vestigios de lo que hay más allá,
Pero al Mar no le importan ni barcos,
Ni rocas, ni niños, ni hombres o bestias.
El Mar es sagrado dueño de sí, nada más.
Ni el desafiador más grande deja de temer,
Cuando el Mar muestra su enorme poder.
Solo respeto puedo sentir,
Por ese implacable ir y venir,
Por esa grandeza que no tiene igual.
No dejo de sorprenderme sintiendo,
Esos sonidos que se van repitiendo,
Pero no son nunca igual por igual.
Allí están las cenizas de mis ancestros,
Junto a la arena que viene y que va,
Hablando el lenguaje del agua salvaje.
No se si el destino me aleje algún día,
De la costa que tanto siento como mía,
Aún de otras costas que serán iguales.
Solo sé que algunas cosas nunca se olvidan,
Como aquellas personas que son mis amigas,
Aunque a alguna quizá ya no la vea más.
Así es que este Mar es otro buen amigo,
Que no quiero y no deseo olvidar,
Como a ninguno que me da su amistad.
Nos leemos :)
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