domingo, 20 de octubre de 2013

Lejanos recuerdos - 292

Es difícil olvidar.
Cuando uno quiso a una persona por mucho tiempo, olvidar no es posible.
Quizá sea por que no es deseable olvidar en estos casos. Los pequeños detalles son parte del camino que es nuestra vida. No somos un camino sin comienzo y sin mitad. Nuestra vida es un camino desde la tierna infancia de nuestros primeros recuerdos hasta el hoy.

Lo interesante es recordar lo que a nosotros nos va formando. Lo demás quizá uno lo tenga en el fondo del baúl de los recuerdos, pero no lo alimentamos para que sobreviva y lo dejamos morir así, de hambre de recuerdo.

Es así que por un hecho fortuito, recordé algunas cosas de mi infancia, y entre ellas, como no podía ser de otra manera, recordé a mi madre.

Tuve la suerte de tener a mi madre en tiempo casi completo cuando era un pequeñín. Solo las tareas de la casa y de su trabajo de costura la apartaban apenas de mi.
Así que los dos fuimos juntos creciendo en aquella lejana época, junto a mi hermana, que por ser diez años mayor que yo, era como una segunda madre, una segunda opinión y además alguien que me consentía.
Mi padre también vivía con nosotros, pero trabajaba mucho y no era tan accesible como mi madre y mi hermana.

Hablando estos días con mi hermana, haciendo memoria del pasado, ella tiene historias que yo no conozco por que las vivió. Y probablemente por que cuando yo me fui de casa y ella quedó viuda, volvió a vivir con mi madre y mi padre que ya eran ancianos y tuvo muchísimas mas charlas con ella que las que yo pude tener.
Está además el hecho es que mi esposa por motivos que no comprendo ni comprenderé, no se llevaba bien con mi madre, y a pesar de vivir cerca de casa, la pude ver con poca frecuencia.

Una de las cientos de historias que me ha contado involucran a personas que nunca conocí, como mi abuela materna. Estrella se llamaba esta abuela, al igual que mi hermana, que tiene su nombre en honor a nuestra abuela. Aunque el nombre de mi hermana no es completamente igual. Ella se llama "Estrella de la Luz" y mi abuela solo Estrella.

Para describirla diría que es buena una broma que le hacía su compañero. Él le decía que si fuese cuatro dedos mas alta, sería la mujer mas bonita de La Coruña, haciendo referencia a que era muy bajita. Pero no solo era baja de estatura, sino que estaba todo su cuerpo en esa proporción, y en las noches los muchachos la confundían con otras niñas, confusión que siempre fue motivo para risas y bromas.

Yo supongo que todo este pequeño tamaño de ella fue parte de sus problemas. Sufría algo que en aquella época los médicos llamaban "fiebre reumática" con ataques que la llevaban al hospital. Al hospital de pobres, por supuesto.

Cuando oigo la frese "todo tiempo pasado fue mejor", siempre pienso en lo terriblemente equivocada que está. En aquella época, solo la aristocracia accedía al conocimiento y los médicos eran por lo tanto de este origen poco humilde, y no adquirían nada de humildad mientras estudiaban. Así que los pobres eran siempre pacientes de segunda.
Hoy algo de eso se conserva en el hecho de que algunos tratamientos son demasiado onerosos, pero al menos los médicos son diferentes.

El caso es que mi madre se llamaba Luz.
No se cual fue el motivo por el cual mi abuela Estrella puso a su única hija el nombre Luz, pero no deja de ser poético al menos. Estrella parió a Luz, mi madre. Si decimos que Estrella dio a luz a Luz, las cosas quedan un tanto confusas, al menos en cuanto a la sonoridad de las palabras.
Pensando en otros idiomas como el italiano o el portugués, los nombres llevan delante un artículo para que estén bien dichos, y entonces se habla de "la Luz" o "la Estrella" para referirse a las personas, cosa que no hacemos en la lengua castellana.
En estas lenguas queda claro que "la Estrella" parió a "la Luz", y yo al menos soy "hijo de la Luz", jeje.

Luz era una persona muy especial. No solo para mi modo de ver, por ser ella mi madre.
Vivía cantando mientras trabajaba. Según ella cuenta, cuando aprendió costura, había varias muchachas que como ella cantaban, pero en ocasiones se daba cuenta que se callaban para escuchar su voz. O en la escuela que la maestra la ponía a ella a leer "Corazón" y los niños lloraban escuchando la lectura.
Así que canturreaba o cantaba, pero nunca se callaba.
Entre esto y la música clásica que escuchaba mi padre no entiendo cómo nunca se me dio por estudiar al menos un poco de música. Supongo que tendrá que ver con una ocasión en que me echaron de un coro en secundaria y me dijeron "vuelve cuando tu voz haya terminado de cambiar". Pues no volví.

Mi madre había sido criada con mucho sacrificio de mi abuela Estrella, que en aquellos momentos trabajaba como cocinera en la casa de un buen doctor. Su vida fue difícil, pero salió adelante y era mucho mas alta que su madre. Siempre sonriente, era una de sus características. Me decía a mí que sonriese también, que mi sonrisa era bonita, pero creo que en ella primaba la visión de una madre y no la objetividad.

Cuando ya era novia de mi padre, mi madre sufrió la pérdida de su madre, que murió con menos de 50 años de edad. Me contó mi hermana los detalles que le había contado mi madre y yo no conocía. Según sé, estaba muy enferma en su cama como en otras ocasiones y llamó a mi madre. Le dijo siéntate a mi lado y después le pidió "dame un abrazo, que me siento muy mal" mientras las lágrimas brotaban en sus ojos.
Así de esta manera, abrazada por su hija Luz, es que Estrella se apaga para siempre.

No sabemos a ciencia cierta que le ocurrió, pero sospechamos que seguramente algún problema cardíaco fue el responsable.


Al menos en los recuerdos que tengo de mi madre, ella siempre fue una persona feliz aunque las condiciones de vida fuesen duras. Tenía un refrán para cada situación y una canción para cada momento. Siempre sumando mentalmente todo lo que iba comprando, a veces me sorprendía como le decía al almacenero "revisa esa cuenta que me parece que está mal" y en efecto, mal estaba.
En otros tiempos y otros lugares hubiese podido estudiar lo que hubiese querido.
Pero el pasado no le dio oportunidades.

Solo se complicaron sus últimos años de vida, donde un párkinson le jugó la mala pasada de impedirle que hablara, a ella que hablaba con las piedras del camino... y mas adelante fue responsable del deterioro que le llevó a su fin.

Al menos mi hermana la cuidó con gran esmero, ya que yo no podía ayudar por estar cuidando a mi esposa.

Hoy solo tengo recuerdos hermosos de ella y su amplia sonrisa. Y cuando converso con mi hermana la volvemos a la vida en esos bellos fragmentos que recordamos de aquellos tiempos lejanos.

Y nuestra vida es en parte las vidas de nuestros ancestros.

Nos leemos :)

La imagen fue obtenida de este sitio que enlazo aqui.

2 comentarios:

  1. Mamá fue maravillosa. Ella sólo quería amar a todos. Unir comprender. Cuando alguien hacía algo que no le gustaba, lo trataba de olvidar. Aunque la hiciese sufrir.
    Si la persona no le gustaba, sólo la saludaba con una sonrisa, no dando importancia a los des-aires. Sus penas sólo quedaban entrre sus amigos más confidentes. La mayoría de las veces éramos su familia más cercana sólo, los que sabíamos de sus desencantos.
    Con eso lograba que siempre se conservara alrededor de ella gente que le quería contar sus problemas :). Ella escuchaba. Siempre tenía una palabra de aliento para todos.
    Sé que a mi madre quizás la vea mejor que otros. Pero en mi vida conocí otra persona como ella. Estoy muy agradecida a la vida, de haberla tenido. Lástima que unos años la tuve lejos, pues me había ido a otro país.
    Gracias Ale, por recordarla.
    Besosss

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    1. Difícilmente vas a encontrar otra persona como ella. Un beso grandote para mi linda hermana :)

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