martes, 1 de octubre de 2013

Intentando arrancar - 300

Qué decir... Lo mío es a veces patético...
Solo mirando para atrás en el tiempo veo que he sido un inconstante fiel a mi inconstancia y a nada más.

Levanto los ojos y miro a mi alrededor.
Todo está igual, y no se por qué. Pero no tan igual.
Todo está más viejo por que el tiempo pasó.
Yo también estoy mas viejo, como debe ser...
Parece que la primavera despertó algo en mi. ¿La primavera?
Una buena amiga que cumple años casi en el comienzo de nuestra primavera austral tiene un pequeño cartel en su página que dice:

"Cuídate de los que saben escribir,
pues tienen el poder de enamorarte
sin siquiera tocarte"

Ya lo he visto el cartel en otras partes.
Sigo sin entender cuál es el problema.
¿No se enamora el lector del contenido de algún libro o de alguna frase?

Tal vez se teme la dependencia que genera el querer.
Si tú quieres a alguien entonces quieres escuchar su opinión, su falta de indiferencia hacia ti.
La indiferencia produce sufrimiento del que es ignorado, consciente o inconscientemente provocada por quien ignora.

Tal vez el tema del cuidado reclamado en la sentencia venga por el "no tocarte". Al parecer si tocas tienes más permisos anteriormente otorgados y por lo tanto más amplitud para actuar y decir. Con esos permisos otorgados por quien se enamora es entonces libre el que expresa sentimientos, de expresarlos a su antojo.
Entonces me quedo de este lado y concluyo que si pongo encanto y delicadeza al escribir, seré una persona de la cual haya que cuidarse, por que diré o podré expresar sentimientos a los que seres normales no están con permiso de acceder. Seré una suerte de delincuente.

Diré entonces en defensa de la buena costumbre de escribir, que es el lector el que lee y el escritor no puede forzarle a tal cosa. Quien se enamora de los textos de otra persona es el que puede tener la fantasía de hacer extenso el amor a otros ámbitos.
Yo mismo tengo problemas en este aspecto, jeje.

Salud, amigos, nos leemos :)

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